Pedro Sánchez, desesperado, pide el voto del PP porque sabe que, a día de hoy, «su» reforma laboral «Zero» no saldrá adelante

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Fuente: Diario16 de fecha 20 de enero 2022 enlace

A día de hoy, Pedro Sánchez apenas tiene garantizados 170 votos favorables y, de momento, nadie ha anunciado que, con una pinza en la nariz, se abstendrá, por lo que es más que probable que su reforma estrella no sea aprobada por el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez se está encontrando con que «su» medida estrella, la nueva reforma laboral «Zero» no tiene los apoyos suficientes en los partidos que le apoyaron la investidura y necesitaría del PP e, incluso, si hiciera falta, de Vox.

El presidente del Gobierno ha participado hoy en un acto de campaña en Zamora, acompañando al candidato del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, y no ha dudado en pedir a Pablo Casado que apoye la reforma laboral cuando, en realidad, sabe que el Partido Popular no va a aceptar ningún texto, sea bueno o malo para la clase trabajadora, que modifique la ley impuesta por Mariano Rajoy.

Sánchez está desesperado ante la dignidad demostrada por los partidos que le apoyaron en la investidura, por eso ha tenido que echar mano de la derecha neoliberal de Ciudadanos y de formaciones conservadoras como Coalición Canarias. Sin embargo, el presidente del Gobierno se ha encontrado con que sus «socios» de investidura (ERC, EH-Bildu o PNV) le están exigiendo que cumpla lo prometido y que no les sirve que el acuerdo lo firmaran la CEOE y unos sindicatos mayoritarios «domesticados» que han olvidado que, por mucho menos, en España se han organizado huelgas generales.

A día de hoy, Pedro Sánchez apenas tiene garantizados 170 votos favorables y, de momento, nadie ha anunciado que, con una pinza en la nariz, se abstendrá, por lo que es más que probable que su reforma estrella no sea aprobada por el Congreso de los Diputados.

Por esta razón, Sánchez, en el mitin en Zamora, ha reclamado al Partido Popular que «vote a favor de la reforma laboral o que al menos se abstenga de este importante acuerdo entre trabajadores y empresarios», y ha asegurado que no se trata de un «acuerdo solo entre la patronal y sindicatos», sino que también es el «acuerdo de todos» y que viene a atajar «uno de los principales problemas del mercado laboral en España: la precariedad».

«Una tomadura de pelo para la clase trabajadora»

Los sindicatos que siguen manteniendo su conciencia de clase han calificado esta reforma laboral como «una tomadura de pelo para la clase trabajadora». El texto legal que Sánchez pretende que se apruebe en el Congreso, por las buenas o por las malas, no resuelve los problemas de los contratos a tiempo parcial no voluntarios, ni limita o prohíbe el uso de horas extras (pese a la tasa de paro existente) o la cesión de personas trabajadoras por medio de las Empresas de Trabajo Temporal (ETT).

Además, esta reforma laboral «Zero» establece un nuevo artículo, el 47 Bis, que incluye el llamado «mecanismo RED de flexibilización y estabilización«, para que cuando se den causas cíclicas o sectoriales, el Consejo de Ministros pueda activar esta herramienta para que las empresas se acojan a las medidas de suspensión o reducción de jornada ante la autoridad laboral.

Se trata, en resumen, de una prestación específica para las personas trabajadoras afectadas, que no consumirá cotizaciones pero que tampoco garantiza el 100% del salario, mientras que las empresas, por su parte, mantendrán las bonificaciones en cotizaciones, que van en función de la causa suspensiva con la única condición de dotar de formación  a los trabajadores.

Por otro lado, una de las medidas estrella que pretenden vender como buena desde el Gobierno, los sindicatos mayoritarios y la patronal, la priorización de los convenios sectoriales sobre los de empresa, solo se aplica en materia salarial, pero se mantiene en el resto de aspectos, al mismo tiempo que no se modifica la redacción de las causas del despido de la reforma laboral de Rajoy, ni la modificación sustancial de las condiciones de trabajo de la misma.

Por otro lado, tampoco se restablecen las indemnizaciones por despido improcedente y los salarios de tramitación que la reforma del Partido Popular alteró y que produjo un abuso del despido libre sin mayor consecuencia para la clase empresarial.

La dudosa lucha contra la precariedad de la reforma laboral de Sánchez

En el mitin en Zamora, Pedro Sánchez ha recordado que uno de cada tres contratos en España «dura menos de cinco días», por lo que la reforma que abandera su Ejecutivo «tumbará» la «contrarreforma impuesta por el PP en 2010», que «devaluó los salarios y condenó a la precariedad a muchas personas».

Uno de los aspectos en los que la Unión Europea más ha insistido y ha echado en cara a España es el elevado volumen de temporalidad de los contratos. No en vano, los datos del paro registrado de cada mes muestran cómo más del 90% de los contratos firmados son de carácter temporal, destacando sobremanera aquellos encuadrados en la figura del «Eventual por Circunstancias de la Producción», el más precario de todos los modelos de contrato vigentes en España.

La reforma laboral de Sánchez está llena de figuras jurídicas vagas que pueden favorecer a que determinados empresarios continúen con prácticas fraudulentas de contratación.

En España, el gran problema de la reforma laboral de Rajoy estaba en que daba muchas posibilidades para el fraude en la contratación temporal, lo que sucedía cuando no se aplicaba correctamente la norma. Precisamente, la mayoría de estos fraudes se producían en la tipología contractual más utilizada, la eventual por circunstancias de la producción, contratos que la reforma laboral de Sánchez mantiene, aunque se les haya cambiado el nombre. Se trata, pues, de un simple maquillaje lleno de vaguedades que seguirán permitiendo el fraude.

Según la nueva normativa laboral, el contrato por circunstancias de la producción coloca dos supuestos diferenciados. En primer lugar, las circunstancias ocasionales imprevisibles y, en segundo término, las previsibles.

Respecto al primer término, el texto aprobado por el Gobierno de Sánchez está tan plagado de conceptos jurídicos indeterminados que se hace muy difícil pensar que determinados empresarios o sectores empresariales no aprovecharán esta vaguedad para seguir realizando contrataciones temporales fraudulentas y, por tanto, hará que sea la tipología contractual más utilizada a partir de ahora.

La nueva norma admite supuestos vinculados con «oscilaciones en las necesidades de personal» que, al no exigir «imprevisibilidad», puede coincidir con el «contrato por circunstancia de producción previsible». Además, la reforma laboral de Sánchez establece que el concepto de «oscilación» es extensible a las variaciones provocadas por las «vacaciones anuales». La nueva ley, por tanto, está habilitando una opción que había quedado cerrada por la doctrina del Tribunal Supremo establecida en una sentencia de diciembre de 2020.

Respecto a los contratos por circunstancias de producción previsibles la reforma laboral de Pedro Sánchez afirma que «las empresas solo podrán utilizar este contrato un máximo de noventa días en el año natural, independientemente de las personas trabajadoras que sean necesarias para atender en cada uno de dichos días las concretas situaciones, que deberán estar debidamente identificadas en el contrato. Estos noventa días no podrán ser utilizados de manera continuada».

¿A qué se refiere la reforma laboral con esos 90 días? ¿A que pueden contratar a 90 trabajadores con una duración de 1 día o a una persona durante 90 días de manera discontinua? Además, la normativa no coloca ningún tipo de limitación al número de contratos, por lo que se puede incentivar la contratación por horas.

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