Fuente: liberaldecastilla.com de fecha 4 diciembre 2021 enlace
La palabra “sindicato” proviene del griego συνδικος (syndikos) que significa ‘hacer justicia’, habría que añadir en la ‘Wikipedia’ que aquí en España si a ‘sindicato’ le acompaña la palabra ‘mayoritario’, este significado en ocasiones se pierde.
Los sindicatos mayoritarios han estado ignorando a los trabajadores interinos de las administraciones durante 30 años, acumulando una antigüedad temporal sin precedentes, ni por supuesto vista en cualquier entorno privado. Han estado escondidos detrás de consignas cobardes de sumisión a la administración y su sistema, argumentando que legalmente la administración no estaba cometiendo ningún fraude demostrable fuera de la legislación actual y por tanto no existía injusticia.
Señores sindicalista mayoritarios, no veo que la injusticia que se crea ante la inestabilidad laboral de un trabajador temporal y el daño a la dignidad que le pueda producir esa indeterminación contínua en su proyecto de vida, sea diferente en la empresa pública que en la privada. Nos han demostrado muchas veces que son capaces de hacer justicia cuando les ha interesado, pasando por encima de la legalidad, armados de pasión los hemos visto luchando contra estatutos y reformas laborales en el empleo privado, pero los interinos de larga duración debemos ser trabajadores de segunda. Una y otra vez llamamos a sus puertas para conseguir que alguno defendiera una solución justa a nuestro problema ante nuestros dirigentes, pero nunca obtuvimos el apoyo de ninguno, hablo de grandes siglas de la “lucha obrera” como UGT, CCOO, CSIF y algunos otros más específicos que han seguido la misma política.
Quienes además hemos adquirido en estas últimas movilizaciones de interinos, iniciadas hace unos pocos meses, nuestra conciencia real de clase trabajadora ignorada y despreciada por nuestros superiores y la clase política, en ciernes de una nueva legislación que podría ser nuestra salvación, volvimos a intentarlo por última vez. Dispuestos a perdonar desplantes del pasado, creyendo que despertarían ante las inminentes OPEs que iban a cesar y dejar en la calle a muchos de sus trabajadores y presionando con que este podría ser el momento de su redención y servirnos de verdad… Pero no, sus puertas siguieron igual de cerradas. Jamás se plantearon ni plantearían llevar la contraria a la administración y ayudar a forzar el necesario cambio legal que debía darse para proteger a los trabajadores que paradójicamente representan.
Nos dejaron solos y aún así combatimos sin ellos, de la mano de asociaciones y sindicatos asamblearios minoritarios, y ese cambio legal ha llegado muy a su pesar, y ahora, hasta el gobierno y la mayoría de partidos (aunque fuera a base de jarabe de normativa europea) han reconocido con la nueva ‘ley de interinos’ que las administraciones han cometido durante décadas un abuso con sus trabajadores temporales de larga duración. Las palabras “abuso de temporalidad” se han escuchado por fin en el Congreso y aparecen varias veces en el texto de la nueva ley por fin aprobada el pasado día 2 de diciembre en el congreso. Y si, tal y como se ha reconocido, ha habido un “abuso”, existe un “abusador” y, por supuesto, un “abusado” o “abusados” en este caso (800.000 concretamente), que sin miedo podemos llamar “víctimas” del abuso.
Las víctimas ya sabíamos que lo éramos antes de que nadie nos lo dijera, y estábamos hartos de que políticos y sindicatos nos trataran como a ‘diagnosticados de histeria’ de otro siglo, a los que ignorar como si nuestras quejas no tuvieran base de ningún tipo y nuestra injusticia fuera fruto de nuestra imaginación. Durante años solo algunos jueces habían reconocido de forma excepcional algún caso de abuso, y las palabras “abusado temporal” y “fraude de ley” para definir a un interino que podía llevar trabajando décadas en una administración estaban prohibidas en cualquier foro político y/o sindical ante la posibilidad de que alguien se llevara automáticamente las manos a la cabeza al escucharlas. Han tenido que pasar 30 años para algunos, pero por fin se nos reconoce: a nosotros y a la naturaleza de nuestro problema.
Ahora los sindicatos mayoritarios se sentarán de nuevo en las mesas sectoriales con las administraciones, representando a todos los trabajadores (nosotros siempre lo hemos sido) para definir cómo aplicar la nueva ley, y nosotros volvemos a llamar a sus puertas esperando que esta vez quieran representarnos a nosotros también y devuelvan el honor a la etimología de la palabra que los define y “hagan justicia” con los interinos. Señores sindicalistas mayoritarios, asuman el nuevo escenario de abuso reconocido y consigan que se paren y anulen las injustas convocatorias en curso, y que las nuevas se hagan conforme a la naturaleza de la nueva ley: que los abusados conservemos nuestros empleos.
Opinión de Antonio Ortega Rodríguez. Técnico de Gestión de Tecnologías de la Información del SESCAM. 15 años interino