Interinos de muy larga duración: «incertidumbre y amenaza»

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Fuente: Miryam Martinez Iriarte de fecha 12 de mayo de 2022 enlace

Un decreto del Gobierno aragonés «discrimina» a los interinos de muy larga duración

Una profesora interina de Fotografía en la Escuela de Arte de Huesca denuncia la situación

Soy profesora interina de Fotografía en la Escuela de Arte de Huesca, es decir, soy funcionaria interina dependiente de la Diputación General de Aragón (desde el año 2000, antes del MEC) desde el año 1995. Quería contarle la circunstancia que estamos padeciendo algunos interinos de muy larga duración a causa del Decreto ley 14/2021 del 6 de julio de 2021 de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público.

 Arbitrariamente, los responsables de este engendro político han decidido proponer la fijeza de los interinos de larga duración mediante un concurso extraordinario de méritos. Lo han hecho ante las sucesivas llamadas al orden por parte de los organismos europeos, que consideraban con razón excesivo el peso del empleo temporal en la administración pública española.

Pero el sistema elegido para este concurso extraordinario, que restringe la valoración de la experiencia a un máximo de diez años y luego da un peso mayor a la formación universitaria, nos perjudica mucho a algunos interinos mayores (25, 30 años de servicios), porque en nuestro caso dicha formación no ha conllevado, por ejemplo, másteres ni hemos tenido tiempo de hacer una segunda carrera, sino que hemos dedicado nuestra vida a la docencia.

Por lo general, cursamos nuestra licenciatura (cinco años de media entonces, ahora son cuatro), algunos hicieron el CAP, otros ni siquiera eso (como es mi caso) y nos pusimos a trabajar. En mi caso concreto, por darle un ejemplo bien cercano, va a pasarme por delante por méritos de estudios una exalumna a la que, entre otros profesores, yo formé y que, gracias a la formación que le dimos, tiene más puntos que yo.

No es el único caso similar. Imagínese cómo nos estamos sintiendo. Muchas de las afectadas somos mujeres que hemos sacado adelante una carrera solvente al mismo tiempo que criábamos a nuestros hijos y a veces hacíamos las funciones de cuidadoras no profesionales de familiares enfermos o mayores. Es decir, mujeres decididas (no me gusta la terminología dominante de «empoderadas»), excelentes profesionales, que nos hemos pulido en nuestra labor como docentes, que somos tan expertas en nuestro trabajo como cualquiera de nuestros compañeros funcionarios de carrera que tuvieron la suerte de obtener plaza en unas oposiciones que nosotras también aprobamos.

Esto es muy importante, a mi juicio, porque no se trata de que seamos advenedizos que queremos la plaza por la cara, sino personas que ya nos hemos enfrentado a sucesivos procesos de oposición -cuando nos han dado la oportunidad- y los hemos aprobado. En efecto, para muchas de las especialidades de Artes plásticas y diseño, que es mi rama, las últimas oposiciones en Aragón fueron en el año 2006.

En la presente convocatoria extraordinaria de plazas por concurso, se va a valorar la oposición aprobada a partir de 2012. Nadie ha sabido explicarnos por qué, cómo no nos han explicado por qué 10 años de experiencia valen lo mismo que 27 o 31. Solo se nos ocurre una explicación: los más antiguos costamos más caro a la administración en trienios y sexenios, los más jóvenes cuestan menos.

Creemos sinceramente que hubiera sido mucho más simple y sobre todo más justo titularizar a los interinos que llevamos ocupando el mismo puesto de trabajo desde hace más de veinte años. Aunque solo fuera para atenuar el maltrato psicológico del que hemos sido objeto, sin poder disfrutar con serenidad de nuestras vacaciones de verano porque nunca estábamos seguros de tener un puesto de trabajo a la vuelta, siempre con el miedo de acabar en las colas del desempleo en el mes de septiembre y viendo cómo pasaban los años sin que nuestra situación mejorara.

No se nos escapa, por supuesto, que la medida propuesta ahora no desagrada a todo el mundo. Algunos compañeros van a obtener su plaza y están encantados. Pero para otros el agravio comparativo es muy serio. Somos bastantes los que nos vemos no solo apartados de nuestro puesto de trabajo actual, sino directamente en el paro. Por resumir, esta acción extraordinaria busca estabilizar las plazas, pero no a las personas. Si esta norma hubiera sido propuesta por un gobierno de derechas, se estarían incendiando las calles, pero los sindicatos, aunque dicen no estar de acuerdo del todo, tampoco están haciendo mucho ruido.

Por no darnos, este decreto no nos da ni la posibilidad real de echar toda la carne en el asador para intentar pasar por el aro de su veleidad normativa. No tenemos listas de puestos en las diferentes autonomías, ni listas de interinos que pueden optar a ellas, ni sabemos cuánto tiempo vamos a tener para hacer un último intento de no quedarnos en la calle. Porque, claro, como algunos sindicatos ya nos han sugerido, podemos lanzarnos en una carrera desenfrenada a sacar un máster (que por supuesto nadie nos finanza) o títulos de idiomas (que tampoco queda claro cuáles valen y cuáles no), pero no tenemos la certeza de si nos darán tiempo para hacerlo.

Esta situación de incertidumbre y amenaza está empezando a pasarnos factura y acentúa todavía más la sensación de falta de reconocimiento a nuestros méritos y de abandono por parte de una administración que solo responde de forma unilateral, arbitraria y, a nuestro parecer, muy poco meditada y profundamente injusta.

No sé si está en su mano poder hacer algo, al menos darnos voz, algunos de nosotros estamos lanzando todas las alertas posibles para que no se consume esta medida injustificable que, pretendiendo hacer justicia a un colectivo que lleva años desfavorecido, va a hacer brillar a algunos responsables políticos a costa de muchos daños colaterales. Algunos dirigentes se llenan la boca hablando de cómo reducen la temporalidad de los puestos de trabajo, pero no están contando que lo hacen llevándose por delante a muchos buenos profesionales que se han formado a costa de grandes esfuerzos y han servido lealmente a la administración pública durante decenios estando siempre en inferioridad de condiciones.

Le agradezco infinitamente su tiempo y su interés y le envío un cordial saludo.

Atentamente:

María José Gutiérrez Lera

(Carta dirigida a medios de comunicación, sindicatos, políticos y otros colectivos)

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