Fuente: El Mundo de fecha 03 de marzo de 2022 enlace
El Fondo Monetario Internacional pide a los países que ajusten los ERTE y se centren en la recualificación de trabajadores
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presentado este jueves un informe sobre el mercado laboral europeo y su evolución tras la pandemia del covid-19, en el que destaca que España sigue siendo el país de la Unión Europea (UE) con mayor proporción de trabajadores temporales, lo que agrava el riesgo de que fluctuaciones en el PIB afecten al empleo.
Según los últimos datos publicados por la OCDE, España es el cuarto país de esa organización con más proporción de trabajadores temporales, un 24,1%, sólo por detrás de Colombia, Corea y Chile; y es además el primero de la UE, seguido por Polonia (18,6%), Países Bajos (18%) y Portugal (17,8% de empleo temporal). La media de países de la OCDE es del 11,4%, mientras que la europea se sitúa en el 13,6%.
Este porcentaje podría bajar con el despliegue de la reforma laboral que acaba de aprobar el Gobierno y que busca que los contratos temporales sean convertidos en indefinidos o en la modalidad de fijos-discontinuos, un tipo de contrato que sin ofrecer la estabilidad y garantía y de los indefinidos computa como si lo fueran.
La institución que dirige Kristalina Georgieva estudia en el informe publicado hoy la relación entre la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) y la tasa de desempleo -medida habitualmente por la ley de Okun- y concluye que los países con más proporción de trabajadores temporales tienen una mayor sensibilidad a las contracciones económicas. Dado que España es el país con más proporción de temporales, su sensibilidad del empleo a caídas del PIB es superior a la de otros países.
“Los resultados muestran que una proporción mayor de trabajadores temporales lleva a una mayor sensibilidad entre empleo y PIB, lo que se refleja en países como España que tiene una de las mayores ratios de la muestra y es el país de Europa con la mayor proporción de trabajadores temporales. En concreto, los resultados muestran que un aumento de 10 puntos porcentuales en la proporción de trabajadores temporales -que es más o menos la diferencia entre Alemania y España- aumentaría el cociente entre desempleo y PIB en 0,3 puntos porcentuales”, explican.
Esto implica que por cada 10 puntos más que suponen los trabajadores temporales sobre el total de empleados del país, la sensibilidad del mercado laboral a las caídas del PIB aumenta en 0,3 puntos.
España fue la economía que más cayó en 2020, el PIB se desplomó un 10,8%, mientras que la tasa de paro se incrementó hasta el 16,1%, muy por debajo de los pronósticos aunque con importantes diferentes por sectores y grupos de edad. Para evitar un incremento mayor del desempleo fue fundamental el despliegue de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
De ahí que el Fondo pida que estos instrumentos vayan ajustándose hasta retirarse del todo y que se centren en la recualificación de trabajadores. Advierte, además, de que el fin definitivo de los ERTE podría suponer un aumento del paro.
“De cara al futuro, a medida que las medidas de apoyo se vayan eliminando y las empresas ajusten su operativa a la era posterior a la pandemia, algunos trabajadores pueden ser despedidos, lo que podría crear presiones ascendentes limitadas a corto plazo sobre las tasas de desempleo. Dicho esto, la reciente disolución de los ERTE en algunos países (por ejemplo, el Reino Unido) no se ha traducido en tasas de desempleo más altas hasta ahora, lo que probablemente refleja una demanda laboral sólida. Pero en la medida en que también refleja transiciones reversibles a la inactividad y retrasos en los periodos de aviso, algunas presiones sobre el desempleo pueden simplemente retrasarse“, avisan.
Consideran que una vez terminados los ERTE, el aumento del desempleo podría percibirse con cierto decalaje. “Tomando todo esto en conjunto, hay tres áreas políticas clave en las que centrarse: ajustar los ERTE,facilitar la recualificación de trabajadores y la transición a otros puestos de trabajo, y minimizar cicatrices y proteger a los más vulnerables”.
EL PAPEL DEL MARCO LABORAL
El FMI explica que los países que han tenido una menor aumento del desempleo en relación al hundimiento del PIB son aquellos que tienen legislaciones laborales más estrictas o restrictivas, ya que limitan los ajustes de las empresas vía despidos. Sin embargo, precisan que esta relación no es lineal y que, “en aquellos países en los que la legislación laboral ya es algo rígida, hacerla aún más sería muy costoso para las empresas y las forzaría a rescindir contratos”, con lo que reclama que se mantenga la flexibilidad.
España es junto a Grecia, Irlanda y Portugal el país que tiene una mayor sensibilidad del desempleo a cambios en la producción (del 0,7); mientras que Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido tienen una correlación muy inferior (de entre el 0,25 y el 0,45). Los países escandinavos -con la excepción de Dinamarca- tienen tasas de desempleo que apenas varían cuando se producen fluctuaciones en el PIB.
El FMI admite la importancia de los ERTE para contener esa transmisión de caída de PIB a caída de empleo y recuerda que entre Francia, Alemania, Italia y España ha habido más de 20 millones de trabajadores protegidos por estos mecanismos. Solo en nuestro país, el paro habría aumentado 8 puntos porcentuales en el segundo trimestre de 2020 en ausencia de estos instrumentos, señala.
Sin embargo, esa sensibilidad en España entre el empleo y la economía es muy superior en los grupos de menor edad (en el caso de los jóvenes de entre 15 y 24 años es de 1,7 puntos), de ahí que el desempleo juvenil siga en cotas tan elevadas.
El subempleo es otro de los problemas que el FMI detecta para España, ya que en el tercer trimestre de 2021 superaba el 20% de los trabajadores y seguía un punto por encima del nivel prepandemia, por la falta de empleos o por la existencia de trabajadores a tiempo parcial que querrían trabajar a tiempo completo.