Lola Ferreiro, enfermera: «Tuve claro que si era una situación irregular quería llegar hasta el final»

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La profesional del Sergas logró ser indefinida tras denunciar el abuso de temporalidad y lideró desde Galicia un movimiento en toda España

Si naciera ahora volvería a ser enfermera». Quien lo dice es Lola Ferreiro Monteagudo (Caldas de Reis, 1968), enfermera en el Sergas y una de las pioneras, junto a otras ocho compañeras, en conseguir una sentencia judicial que reconoce el abuso de temporalidad en la Administración pública y el fraude de ley por superar los tres años trabajados acumulando contratos. Lola da la cara solo con un objetivo: animar a la gente a que se asesore y reclame sus derechos. Y a que lo haga como hizo ella, «hasta el final».

Deja claro que la resolución que le dio la razón y que llegó a Europa es extensible a un proceder, el abuso de la temporalidad, del que han pecado todas las Administraciones públicas, de la Xunta al Estado. Su vinculación laboral como enfermera con el Sergas empezó en 1997, con su primer contrato en el centro de salud de San Roque, en Vilagarcía. A ese siguieron decenas de vinculaciones, tantas que Lola no es capaz de decir una cifra, pero que atestiguan las hojas de su vida laboral del Ministerio de Inclusión,

Seguridad Social y Migraciones. «Tuve contratos por horas, días, de lunes a viernes, meses…», recuerda mientras comparte un café en las inmediaciones del Hospital Provincial.

En la actualidad Lola trabaja en el servicio de TAC y resonancia de los hospitales de Vigo —Meixoeiro y Álvaro Cunqueiro—, aunque en su trayectoria profesional destaca su experiencia de once años como enfermera de quirófano. Antes de entrar en la batalla judicial que libró, explica que en el 2009 le dieron una vacante, con un contrato por obra y servicio, que se renovaba a los seis meses y después desembocaba en un contrato indefinido. Aunque se trataba de una interinidad seguía firmando contratos y dice que había «mucha gente en la misma situación».

«Vas aguantando, aguantando, pero llega el 2015 y sigues en la misma situación. Legalmente eso no se podía hacer, a nosotros nos dijeron que nos habían dado una interinidad, pero cuando fuimos a firmar nos encontramos con que eran contratos que finalizaban y no uno indefinido», recuerda. Después en lugar de firmar año a año firmaban cada seis meses. «Legalmente eso no se puede hacer porque hay una directiva europea, la Directiva 1999/70 de trabajos de duración determinada, que fue lo que nosotros denunciamos», subraya. En el 2015 junto a otras compañeras enfermeras y auxiliares decidieron denunciar a través de una demanda colectiva.

Privado y público

«La sentencia salió en septiembre del 2016 y la definitiva en el 2017. Pero el Sergas recurrió y perdió. Lo que nos conceden es la condición de indefinida. La Administración la traspuso para el sector privado, pero en el sector público pueden seguir haciendo lo que quieran. En la empresa privada si llevas ese tiempo te hacen fija, pero el Sergas abusa de la temporalidad y conseguimos ganar», afirma Lola, que agradece el trabajo y la dedicación del abogado Fabián Valero Moldes.

A raíz de la resolución de Lola y sus ocho compañeras del área sanitaria de Vigo surgió un movimiento en toda España, que nació como 15F, se diversificó en varias ramas y ahora es un grupo de Telegram que se llama Acciones que conduzcan a la fijeza. Cifran en un millón los trabajadores afectados en el ámbito de la Administración pública en España. La acumulación de demandas y el que llegaran a Europa obligó a las Administraciones a llevar a cabo un plan de estabilización del empleo. En el caso del Sergas hay dos accesos, un concurso de méritos, que aparece regulado en la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, o un concurso oposición.

El puesto de trabajo de Lola se estabilizará por concurso de méritos. Tiene claro por qué fue a por todas: «Tuve claro que si esto era una situación irregular yo quería llegar hasta el final. Y le recomiendo a la gente que luche por sus derechos, que lea lo que firma y que se asesore».

Una batalla judicial larga que dejó secuelas físicas y emocionales a la enfermera 

Lola Ferreiro recuerda que cuando firmaban los contratos cada seis meses hubo gente que se quedó en el camino. «Una compañera, por ejemplo, tuvo un accidente y llegó la hora de renovar el contrato y estaba de baja», dice. La sentencia favorable recorrió toda España y otros afectados vieron que estaban en fraude de ley por culpa de la Administración. Todo eso dio pie a un movimiento que llegó a agrupar a diez mil personas en un grupo.

En el caso del Sergas, la sentencia de Lola y sus compañeras fue la primera que reconocía ese fraude de ley. No tuvo dudas en que acabaría ganando. «Yo no sabía que iba ser un concurso de méritos, pero tuve claro desde el primer momento que esto iba a ocurrir. No lo dudé nunca».

¿Qué supuso la resolución y lo que vino después a nivel personal?, se le pregunta a Lola. Fueron años de lucha y de incertidumbre que dejaron secuelas físicas y emocionales. «Aparecí con un montón de cosas este año, que fueron sustos gordos, como un supuesto infarto en urgencias, que después no fue tal, una rodilla… De hecho, me dice todo el mundo, ‘pero tú, ¿no estás alegre?’ Y claro que sí, pero la lucha fue tan larga…». Está pendiente de elegir destino, ya que depende de la organización de cada centro de trabajo en función de la puntuación. En Galicia entraron en ese concurso de mérito 450 enfermeras. Lola se quedó en el puesto 67. «Lo triste de esta historia es que hay gente que no sabe de dónde viene este concurso de méritos y por qué nos han estabilizado», reflexiona.

Fuente: lavozdegalicia.es

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