- Acapara talento que necesitan actividades como la tecnología y lastra el reciclaje profesional
- Desde que gobierna Sánchez se han disparado un 114%
El mercado laboral español vive un momento inédito tras la pandemia. En un país con más de 2,7 millones de parados, sectores que van desde la construcción y la hostelería al tecnológico denuncian la falta de trabajadores para impulsar su actividad. Su principal competidor es el sector público, que ha disparado el número de vacantes un 68% respecto a 2019 y un 114% desde que Pedro Sánchez llegó al poder. Entonces solo suponían el 24% de los puestos disponibles, porcentaje que se llegó a elevar a cierre de 2023 hasta el 36,6%, la tasa más alta de toda la Unión Europea, solo comparable a la de Eslovaquia.
El sector público tiene muchos menos problemas para cubrir estas vacantes que el privado, ya que muchas se hacen a través de convocatoria de ofertas públicas, oposiciones o en el marco de concesiones y licitaciones. Por no hablar de los cargos directamente políticos o ‘de confianza’. El excesivo peso de estas vacantes estaría lastrando la reasignación de talento en el mercado laboral, ya que acapara muchos profesionales necesarios para otras ramas de actividad más productivas. ¿Para qué optar por buscar oportunidades profesionales en sectores como el tecnológico cuando parece mucho más fácil optar por una plaza en la administración?
El análisis de la falta de mano de obra nunca ha tenido tanta relevancia como ahora, cuando factores como la transformación tecnológica abren una profunda brecha entre los candidatos disponibles y los trabajos que están dispuestos a aceptar. La herramienta más útil son los datos de vacantes extraídos de las encuestas trimestrales de costes laborales elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística español y Eurostat. Aunque no están exentas de polémica.
En 2023 las vacantes se situaron en 148.212 en promedio anual según el INE, 147.998 si se utilizan como referencia los cálculos de la Oficina Europea de Estadísticas. Pero ninguna de estas dos cifras se acerca, ni de lejos, a las estimaciones de las empresas españolas o las que ofrecen algunos portales de empleo. Tampoco a lo que ocurre en otros países europeos, como Alemania o Países Bajos, donde con la misma metodología llegan a contabilizarse más vacantes que parados dispuestos a trabajar.
Unos datos en cuyo significado ni siquiera el Gobierno se pone de acuerdo. El Ministerio de Trabajo y los sindicatos se aferran a las cifras absolutas para rechazar las quejas de los empresarios, que esgrimen el incremento relativo del 44% en las vacantes desde 2019 para reclamar que se facilite la contratación de inmigrantes de países extracomunitarios. Una propuesta que sí ha sido aceptada por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para la construcción, aunque las medidas han dado resultados decepcionantes.
Pero este debate no debe llevarnos a pensar que estas estadísticas no son útiles. Muchos expertos consideran que el indicador es válido y muestra un comportamiento acorde al país con la mayor tasa de paro de la UE y una elevada rotación, que puede explicar que las vacantes sean menos que las ofertas publicadas en portales de empleo, por ejemplo.
Apuntan, en cualquier caso, que el problema no es tanto el volumen de ofertas sino su composición. En este sentido, apuntan a la ‘rareza’ que supone que, el 34% de las ofertas en España estén en el sector público en el promedio de 2023. Aunque estas cifras fluctúan enormemente por cada trimestre del año. Así, los datos de Eurostat apuntan a que a cierre de año la tasa llegó al 36,6%, el mayor registro de los Veintisiete. Una porcentaje que le sitúa junto a un país de Europa del Este como Eslovaquia y le aleja de las economías centrales de la zona euro, como Alemania, donde apenas llega al 2.3%.
España, líder europeo en vacantes de empleo público
Porcentaje de vacantes en las AA.PP. sobre el total

Duplicidades sin límites
El empleo público se ha considerado históricamente como el máximo ejemplo del “empleo para toda la vida”. Un mito que el Gobierno de Pedro Sánchez no ha dudado en aprovechar presentando ‘récords’ de ofertas públicas de empleo coincidiendo con periodos electorales. Aunque en la práctica, la tasa de temporalidad y volatilidad de estos trabajos supera con creces la del privado, sobre todo desde la reforma laboral, que las administraciones no aplican.
Así, desde 2019 las vacantes en el sector público se han disparado un 68%, incremento que se eleva al 114% si tomamos referencia 2018, año de la llegada de Pedro Sánchez al poder. Aunque en este repunte también han colaborado activamente comunidades autónomas y ayuntamientos de todo color político, que explican 6 de cada 10 puestos públicos creados desde 2018.
No todas estas vacantes se deben a una decisión política. El envejecimiento de la plantilla de funcionarios supone un desafío para los servicios públicos, pero en lugar de aprovechar para revisar la eficiencia de una plantilla sobredimensionada, se ha optado por incrementarla. Ello aun a costa de alimentar las duplicidades en puestos y servicios, algo que sí se puede reprochar a los Ejecutivos de Sánchez, que levantaron los ‘topes’ a la tasa de reposición impuestos por el anterior Ejecutivo del PP, inmerso en una batalla por reducir el déficit para cumplir con Bruselas.
De hecho, el peso de las vacantes de las administraciones en el total se llegó a reducir al 24% en 2018 desde el 51% que se alcanzó en 2010. Ese año también supuso el máximo de la serie histórica comparable de puestos sin cubrir, con 169.377 de promedio de los cuatro trimestres, pese a que España estaba en el epicentro de la Gran Recesión.
La clave de estos datos está en el denominado Plan E, una potente inyección de dinero público procedente de fondos europeos que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero destinó a rescatar al sector de la construcción vía obras públicas. La crisis inmobiliaria y de deuda se convirtió pronto en una de deuda que comprometió la credibilidad del euro y llevó a Bruselas a imponer a países como España una serie de duros ajustes presupuestarios y reformas para modernizar su economía.
El efecto de estas políticas se percibe con los datos de Eurostat, que llegan ofrecen información de las vacantes en el sector público desde 2010, tres años antes de lo que lo hacen los del INE. Incluso utilizando el promedio anual para reducir la volatilidad trimestral (el Plan E y otras políticas se mantiene) se aprecia que 2010 y 2011 fueron años de récord en vacantes por este especialmente desproporcionado.
Récord de la década en puestos por cubrir
Número de vacantes por rama de actividad

En aquel contexto, las vacantes de empleo público se recortaron, aunque lejos de los niveles de grandes economías europeas. Y con la recuperación económica, el cambio de Gobierno, su peso sobre el total ha vuelto a incrementarse en 10 puntos porcentuales, del 24% al 34%, en un proceso en el que ha tenido mucho que ver la pandemia y la llegada de nuevos fondos europeos.
Un lastre para el mercado de trabajo
La situación de las vacantes ayuda a entender un problema que los datos de ocupación de la EPA no explican. Así, funcionaros y similares apenas supone un 7% de los trabajadores. Pero esto es casi el doble que el de trabajadores de sectores como el tecnológico, que en 2023 apenas llegaba al 3,6%, pese a haber crecido un 25,6% desde 2019 y ser considerados sus profesionales como los más imprescindibles y buscados para el futuro.
Pero siguen muy lejos de ser los más demandados. Su demanda ha aumentado un 34% desde 2019, la mitad que las vacantes de empleo público, que han crecido un 68%. De hecho, la composición de las vacantes en 2023 es muy similar a la de cinco años antes, con el empleo público como el que más peso adquiere, quintuplicando el del sector tecnológico.
Si en lugar de los datos de Eurostat volvemos a los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Ni siquiera recurriendo al promedio anual para rebajar la volatilidad (lo que sitúa la media anual en el 33,7% en lugar del 36,7% a cierre de año) los datos dejan lugar a dudas: el peso del sector público ha crecido con mucha mayor intensidad que cualquier otro sector.
El sector público acapara más de un tercio de las vacantes
Comparativa de la composición de vacantes (2018-2013)

Sin embargo, la economía y las necesidades de las empresas son muy diferentes tras la pandemia, con un mayor peso de industrias innovadoras y una demanda de profesionales que, sin embargo, no se traslada al empleo ni a los datos de vacantes. Que el sector público sea el que sale más reforzado, con diferencia, apunta a que es un lastre para que el talento de muchos trabajadores se adapte a esta transformación.
Fuente: eleconomista.es 21.05.2024